En su primera temporada completa en el fútbol americano, el mariscal de campo de los Cincinnati Bengals acapara las miradas de cara a la final del domingo tras el retiro de la estrella de ese deporte
Joe Burrow, el quarterback de los Bengals de Cincinnati, el equipo que hace dos años era el peor de la liga y ahora está en la gran finalera un niño que, como tantos otros norteamericanos en su pueblo, en Athens, se apasionaba por elSe reunía con amigos o compañeros de juego eventuales para disfrutar de una tarde deportiva y soñaba con atrapar la pelota lanzada, aferrarse a ella y correr hacia la línea final para marcar un touchdown y gritarlo a cielo abierto.
“Supongo que pensaba que no íbamos a lanzar el balón demasiado en esa etapa, y yo quería tenerlo en mis manos. Hoy estoy agradecido de cómo se han dado las cosas. Creo que no habría podido ser un receptor externo o un jugador ofensivo en la NFL, pero sí soy un buen quarterback”,Su padre Jim jugó como defensor y entrenó durante más de 40 años. Sus dos hermanos mayores, Jamie y Dan, estuvieron en Nebraska.
A nadie le sorprendía eso, de todas formas. El año anterior había sido peor, con apenas dos éxitos. De hecho, la decepción parecía moneda corriente para las nuevas generaciones en los Bengals, que Todos quieren atrapar a Joe Burrow, que lidera a los Bengals en este resurgir del equipo de Cincinnati es el mensaje que transmite Joe en el vestuario. Lo escuchan cada vez con más atención. Sobre todo luego de que mostró sus garras al llevar a los Bengals a victorias como visitantes sobre los Titanes de Tennessee y los poderosos Chiefs de Kansas City, que se vieron impedidos de llegar a su tercer Super Bowl consecutivo.