Desde el piso 13 del viejo pero histórico Hotel Ukraine, una periodista relata los minutos previos y consecuentes al ataque de la capital
En el lobby del hotel, donde también hay periodistas veteranos, con cascos y chalecos antibalas que pagan la cuenta y parten hacia el frente -¿cuál?-, hay civiles con caras aterradas, con sus valijas ya listas, que esperan sentados en un sillón. Está Vera, rubia, alta, vestida con un elegante tapado negro y botas, lista. Conme dice que es maestra, que había venido a Kiev por trabajo hace tres días, pero que es de Kherson.
“No nos van a evacuar del hotel”, avisa otro colega, que pregunta dónde está el refugio. Cuando empieza a amanecer de un día gris y húmedo, de hecho, se oyen claramente sirenas que advierten a la población que hay bombardeos. La gente, que durante meses tuvo directivas para ubicar refugios en toda la ciudad, recibo el aviso más esperado y temido. El presidente, Volodimir Zelensky, llama a los ucranianos a la calma y a quedarse en sus casas.
Ucranianos se preparaban para una posible invasión rusa. Photo: Sergei Chuzavkov/SOPA Images via ZUMA Press Wire/dpaThe Kyiv Independent, único medio en inglés, tuitea: “¡El ejército ucranio, el idioma ucranio, la cultura ucrania y el Estado ucranio nunca se van rendir! Creo en mis soldados, en mi comandante en jefe, en mi gente y en todo ser humano que se levante contra la tiranía. ¡La hora más oscura está sobre nosotros, pero vamos a vencer!”.
Miles de personas están escapando de Kiev, las informaciones son confusas -como siempre lo primero que muere es la verdad en la guerra-, se habla de ataque al Parlamento, están evacuando el aeropuerto. Mariana, mi colega chilena, me dice que es mejor sacar las cosas del cuarto. Estamos en pisos demasiado altos, demasiado peligroso si bombardean. “Llevemos las valijas al lobby, es más seguro”.