A finales de los años noventa, una serie de nuevas películas de terror se posicionaban como las favoritas del público adolescente; atentos a esta moda, los hermanos Wayans llevaron adelante una producción que, contra todos los pronósticos, se convirtió en un verdadero éxito y en el comienzo de una franquicia...
En 1996, Scream: vigila quién llama cambió las reglas del juego. Así como en los ochenta los adolescentes se rendían ante la crueldad de Freddy Krueger, en los novena el público se volcaba a los asesinatos del icónico Ghostface .
Y frente al éxito de Scream y sus secuelas, más la aparición de otros títulos similares como Sé lo que hicieron el verano pasado, la idea de un largometraje que parodiara ese género no tardó en llegar, aunque a través de dos propuestas muy distintas.