Reconocernos es el primer paso para sentirnos y demostrar al mundo que las argentinas y los argentinos somos valiosos, que respondemos a objetivos comunes.
A través del tiempo y las permanentes crisis que ha sufrido y sufre nuestro país, surge la necesidad de encontrar respuesta a una pregunta tan simple en su formulación como compleja en su resolución: ¿de dónde venimos los argentinos?
Ciertamente que la única verdad es la realidad. La carencia de identidad genera más problemas que soluciones, pues los diferentes actores sociales involucrados opinan y accionan de distinta manera ante un similar objetivo. En definitiva, debemos tomar una actitud valiente, asumir lo que somos y desde allí seguir construyendo nuestra mejor piel, sabiendo dónde está la ajena y dónde la propia.
La causa de nuestra frustración nacional es ese complejo de inferioridad capaz de convertir en negativa la posición ideológica más esclarecida, de no saber con qué piel nos identificamos.“Cuando el período español, nos supimos una misma piel frente a los ataques ingleses, holandeses, franceses y portugueses. Y luego, gracias a ella, la independencia fue cuestión continental.