La Selección Argentina debutará en el Mundial de Qatar con el equipo del reino que viola los DDHH, y busca un lavado de cara con inversiones multimillonarias en distintos deportes.
La Selección de Arabia ocupa el puesto 65 del ranking de la FIFA. Imagen: Twitter
Su política restrictiva hacia las mujeres y las minorías sexuales, o el sistema laboral de explotación que deja cautivos del patrón a sus trabajadores. Ese estado absolutista ya tomó la posta del expansionismo en los grandes eventos u operaciones costosas donde siempre dominó su vecino Qatar. Ese despliegue ostensible de recursos elevó el perfil de la monarquía y de su príncipe heredero, Mohammad bin Salmán. El multimillonario que tiene de aliado al presidente de la Fundación FIFA, Mauricio Macri.
“un psicópata, asesino, con infinidad de recursos en Medio Oriente, que representa una amenaza para su gente, para los estadounidenses y para el planeta”. El periodista español Carlos de las Heras, responsable de un extenso trabajo sobre Deporte y Derechos Humanos en Amnesty, escribió: “El sábado 12 de marzo 81 hombres fueron ejecutados. Varios de ellos habían sidoy de ‘promover y participar en sentadas y protestas’, que incluyen actos amparados por el derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica”.
Un nombre en inglés define esta estrategia: Sportwashing. La monarquía de Salman bin Abdulaziz, el padre del príncipe Mohammad, lleva invertidos miles de millones de dólares para mejorar su imagen. Aunque suele fracasar en el intento.